Nació en los Países Bajos, en Gante (Flandes), a las
tres y media de la madrugada, el martes 24 de febrero en 1500. Sucedió así: La
embarazada Doña Juana I comenzó a sentir fuertes dolores en el vientre.
Creyendo a que se debía a una digestión, acudió al baño, y allí sin ayuda de
nadie dio a luz a su primer hijo varón. Quería ponerle el nombre de Juan en
recuerdo de su fallecido hermano, pero finalmente fue bautizado como Carlos.
Era hijo de Juana I y Felipe I de Habsburgo.
Juana I “la loca”, llamada así porque tras la muerte
de Felipe I en 1500, enloqueció. Aunque nunca perdió el título de reina de
Castilla, no estuvo en condiciones de reinar.
Carlos I reunió la herencia de territorios de sus 4
abuelos: Austria y el título de emperador (de su abuelo materno Maximiliano I
de Austria), Borgoñona que comprendía los Países Bajos, Franco condado y
Luxemburgo (de su abuela paterna, María de Borgoñona), Aragón de su abuelo
materno Fernando el Católico y Castilla de Isabel la Católica. A través de
Aragón heredaba también los reinos de Sicilia, Nápoles, Cerdeña y Jerusalén; y
por medio de Castilla, las Islas Canarias y América Española. El 30 de enero de
1516 el nieto de los Reyes Católicos fue proclamado Rey en Madrid y se
convirtió así en el primer monarca hispano de la casa de Austria o Habsburgo
El reinado de Carlos I consistía en: Holanda y
Centro Europa. Estableció elevados impuestos, lo que causó revueltas sociales
en la nación. En su reinado tuvo muchos problemas políticos y religiosos a
nivel internacional. El rival principal más poderoso de España era Francia.
Hubo muchas batallas entre ellos. También se enfrentó a los turcos por ver
quien se quedaba con el mar Mediterráneo. Y también luchó contra los luteranos,
que no aceptaban la autoridad de Papa.
Todos estos problemas hicieron que Carlos I
abandonara el trono en 1556. Dio los territorios de Centro Europa a su hermano,
Fernando y el resto del imperio a Felipe II.
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